La Teosofía no es una religión en sí misma, sino la verdad que subyace por igual en todas las religiones, la oculta raíz de la cual han brotado todas las diferentes religiones. Es lo mismo que la Gnosis de los cristianos, la Brahma Vidya de los hindúes y el sufismo de los mahometanos. Teosofía se deriva de dos palabras griegas; Theos, Dios o un Dios y Sophia, sabiduría, y significa Sabiduría Divina, sin cuya ayuda es imposible para el hombre conocer algo acerca de los profundos problemas de la vida.
Principios fundamentales
Dos son los principios fundamentales de la Teosofía. El primero es la inmanencia de Dios. La Deidad se halla en todas partes y en toda cosa. La Vida Divina es el espíritu de todo cuanto existe, desde un átomo hasta un arcángel. Todo pensamiento, toda conciencia, son Suyos porque El es el Uno, el Único, la Vida Eterna. Así, la esencia de la Teosofía es el hecho de que el hombre, siendo copartícipe de Su vida, puede conocer la Divinidad, y es, él mismo, divino e inmortal, mejor dicho, eterno, pues la inmortalidad es solamente inmensidad de tiempo y lo que es el tiempo comienza, en el tiempo debe terminar, en tanto que el hombre es eterno como Dios mismo es eterno y la muerte es tan solo es desechar una vestidura para poder revestirse de otra.
Pero, si existe una Vida, una Conciencia, en todas las formas, con Dios inmanente en todas, entonces, como inevitable corolario a esta suprema verdad, deriva el hecho de la solidaridad de todo lo que tiene vida, de todo lo que existe, una Fraternidad Universal. La inmanencia de Dios, la solidaridad del hombre, he aquí las verdades básicas de la Teosofía.
Las enseñanzas teosóficas
Las enseñanzas teosóficas pueden bosquejarse como sigue:
1. Hay una Eterna e infinita Realidad, una Existencia real, incognoscible.
2. De ‘Aquello’, procede el Dios manifestado y cognoscible, revelándose de unidad en dualidad y de dualidad en trinidad.
3. Todo el universo, con todas las cosas comprendidas dentro de él, es una manifestación de la Vida de Dios.
4. Hay muchas poderosas inteligencias denominadas Arcángeles, Ángeles. Devas, que han procedido del Dios manifestado y que son Sus agentes para llevar a cabo Su pensamiento y voluntad.
5. El hombre, como su Padre Celestial, es divino en esencia, su Ser íntimo es eterno.
6. Se desarrolla y evoluciona mediante repetidas encarnaciones a las cuales es impelido por el deseo bajo la ley del Karma, en los tres mundos, físico, astral y mental, y de las cuales se libera por el conocimiento y el sacrificio, llegando a ser divino en potencia como siempre lo había sido en latencia.
7. Hay Maestros de Sabiduría, Hombres Perfectos, seres que han completado su evolución humana que han alcanzado la perfección del reino humano y que ya nada atienen que aprender en lo que se refiere a la etapa humana.
La Teosofía enseña, si se sabe aprender, que el ser humano tiene dentro de sí todo lo necesario para poder progresar sin necesidad más que de algunas pocas ayudas externas que, de alguna forma, faciliten el camino, es decir, propicia la formación del carácter para que el ser humano sea siempre dueño de sí mismo y no tenga que estar pendiente de sugerencias o mandatos de algún ser pseudo divino o pseudo sabio, porque en el fondo de sí, el estudiante de Teosofía termina por comprender que su propio e íntimo maestro se encuentra en su corazón.
Utilidad de la Teosofía
La utilidad de la Teosofía radica en el verdadero concepto del plan de Dios, en la comprensión del objeto de la vida; en una segura confianza en la Justicia Divina; en el consuelo mental y emocional: en la absoluta liberación del desamparo y de la desesperanza: en la completa ausencia del temor y la pena, así como en la oportunidad de inteligente y voluntariosa cooperación con el Plan Divino, y la posibilidad de un rápido logro de la finalidad de la vida humana. Pero la mejor prueba de su utilidad es que ha sido aceptada por personas sensitivas e inteligentes que muestran el consiguiente mejoramiento de conducta en su vida diaria, y en que gradualmente va impregnando la literatura universal. Desde que se fundó la Sociedad Teosófica, comenzó su expansión mediante sus numerosas Ramas en diferentes partes del mundo y aun lo sigue haciendo. Ningún otro sistema de pensamiento ha hecho un progreso tan rápido en todo el mundo, entre gentes de diferentes religiones durante el periodo de tiempo entre su fundación y algo menos de cincuenta años después. En la actualidad (2003) la Sociedad está establecida en los cinco continentes en cuarenta y nueve países.
La Teosofía es útil, porque debidamente entendida y practicada le muestra al ser humano el camino a seguir, y explica de forma lógica y racional por qué vivimos, hacia donde vamos y las razones de todo cuanto existe en el mundo. Es útil, porque ha sido el faro que ha ayudado a todas las generaciones que nos han precedido a llegar a buen puerto, y ello, desde que la humanidad existe. Es útil, en suma, porque ofrece explicaciones fáciles de comprender relativas a todos los problemas de los seres humanos y porque ofrece consuelo y calma nuestros pesares.
La Teosofía en sus enseñanzas y ética, aunque no en su nombre, es tan antigua como el ser humano pero se sabe que la palabra Teosofía data del siglo tercero de nuestra era cuando el sistema Teosófico Ecléctico, que más tarde floreció en el Neo-Platonismo, fue establecido por Ammonio Saccas y sus discípulos en Alejandría aunque Diogenes Laercio, atribuye ese nombre a un sacerdote egipcio de los primeros tiempos de la dinastía Ptoloméica.
La Sociedad Teosófica
La Sociedad Teosófica, como tal, fue fundada por la Sra. Helena P. Blavatsky y el Coronel Henry S. Olcott en Nueva York el 17 de Noviembre de 1875 junto con otras personas, pero los creadores internos de la Sociedad fueron algunos de los Grandes Seres que componen la Gran Logia Blanca o Jerarquía Blanca, para ofrecer al mundo las enseñanzas de la Teosofía bajo su propio nombre de Teosofía, en lugar de hacerlo de forma más o menos parcial, como había sucedido en el pasado, por medio de diversas religiones, filosofías o escuelas de pensamiento. Desde su fundación, la Sociedad Teosófica se ha extendido por todo el mundo, presentando a la humanidad la posibilidad de conocer la razón de nuestra existencia en la Tierra, de dónde venimos y adonde vamos, dando a la humanidad la ocasión de saber que todos tenemos dentro de nosotros todo aquello que necesitamos para nuestro progreso espiritual, y poder emprender el estudio de las leyes de la naturaleza que rigen nuestro universo, siempre que deseemos realizarlo de forma libre y voluntaria y sin dogmatismos.