Capítulo 11 – Los Maestros

¿Qué es un Maestro?

Hay Hombres Perfectos, llamados Adeptos, con la Divinidad ya desarrollada en Ellos, seres humanos que han completado su evolución humana sin tener ya nada que aprender por lo que hace a la experiencia humana en nuestra cadena de mundos; que han alcanzado lo que los Cristianos llaman «Salvación», y lo que los Hindúes y Budhistas llaman «Liberación»; y habiendo hollado el sendero ordinario de los hombres, han escalado las alturas del más escarpado Sendero que lleva hasta el estado super-humano. Ellos han hollado ya la senda que nosotros tenemos que recorrer aún, y han alcanzado su punto supremo habiendo pasado de iniciación a iniciación ampliando Su Conciencia, hasta conocer no tan sólo éste, sino todos los cinco mundos inclusive Nirvana. Nuestra idea del Adoptado implica un concepto de la evolución que significa una expansión gradual de la conciencia incorporada en cada una de las formas constantemente mejoradas, y en el ápice, de tan prolongada evolución se halla el Adepto personificando en Sí mismo los más altos grados de desarrollo intelectual, moral y espiritual, posibles al hombre. La Luz-Una-Eterna existe en todos nosotros; pero el Adepto ha clarificado ya su cristal y aprendido a manifestar aquella luz. Ha aprendido ya todas las lecciones de la humanidad y adquirido todas las experiencias que el mundo .puede suministrar. Más allá de esto la evolución es super-humana.

Unos cuantos de estos grandes Adeptos, si bien libres de la rueda de nacimientos y muerte, toman voluntariamente el fardo de la carne y viven en cuerpos físicos en la tierra para ayudar a los hombres; y aceptan discípulos que, abandonándolo todo, desean evolucionar más rápidamente que la masa de sus semejantes a fin de servir a la humanidad de una manera inegoísta. A estos Adeptos denominamos «Los Maestros».

Un Maestro es un hombre divinizado, un Hermano Mayor que comparte nuestra misma humanidad, pero superior a nosotros por la grandeza de Su evolución. Un Maestro debe usar cuerpo físico y, según su nombre lo implica, tener discípulos, —o mejor dicho, aprendices-hombres menos adelantados, que desean hollar el sendero que los conducirá por un camino más corto hacia la cima de la evolución humana. Muchos otros Adeptos que han alcanzado este nivel, no usan ya cuerpos humanos sino tan solo cuerpos espirituales, y han dejado d contacto con esta tierra, en tanto que otros permanecen aún en este nivel pero se ocupan de otras líneas de servicio al Mundo.