Y

Y.- Vigésima quinta letra del alfabeto inglés, y décima del hebreo: el Yod. Es la littera Pythagorœ, letra pitagórica y el símbolo que significa las dos ramas, o sendas de virtud y vicio respectivamente, que conducen la derecha a la virtud y la izquierda al vicio. En el misticismo cabalístico hebreo es el fálico miembro masculino, y además, como número, es el diez, el número perfecto. Simbólicamente, está representada por una mano con el dedo índice doblado. Su equivalencia numérica es diez. [Es la cuadragésima letra y primera semivocal del alfabeto sánscrito. Se pronuncia lo mismo que en castellano.]

* Ya (Sánscrito).- Prefijo que forma nombres abstractos neutros (como bhûya, naturaleza, condición, esencial), adjetivos calificativos, etc.

* Yâdas (Sánscrito).- Monstruo marino, animal acuático o marino.

Yâdava (Sánscrito).- «Hijo o descendiente de Yadu», de la gran raza en que nació Krichna. El fundador de este linaje fue Yadu, hijo del rey Yayâti del Somavanza o Raza lunar. En tiempo de Krichna -que seguramente no era un personaje mítico– establecióse el reindo de Dwârakâ en Guzerat; y también después de la muerte de Krichna (3102 antes de J. C.) todos los yâdavas existentes en la ciudad perecieron cuando fue sumergida por el océano. Sólo unos pocos de los yâdavas, que se hallaban ausentes de la ciudad en el tiempo de la catástrofe, escaparon para perpetuar esta gran raza. Los Râjâs de Vijaya Nâgara figuran ahora entre el reducido número de sus representantes. [Yâdava es un sobrenombre de Krichna por ser descendiente de Yadu.]

* Yadrichchhâ (Sánscrito).- Accidente, casualidad, azar; capricho; independencia, libertad.

* Yadrichchhâlâbha (Sánscrito).- Adquisición de lo que se presenta eventualmente o por sí mismo.

* Yadu (Sánscrito).- Véase: Yâdava.

Yah (Hebreo).- El mundo, segun dice el Zohar, mediante el cual los Elohim formaron los mundos. La sílaba en cuestión es una adaptación nacional y una de las muchas formas del «nombre del Misterio» IAO. -Véase: Iaho y Yâho).

* Yahia (Arábigo).- Nombre de San Juan Bautista entre los musulmanes.

Yâho (Hebreo).- Fürst demuestra que este nombre es el mismo que el griego Iao. Yâho es una antiguo nombre semítico y muy místico de la Deidad suprema, mientras que Yah (véase esta palabra) es una abreviación posterior que, a causa de contener un ideal abstracto, llegó finalmente a ser aplicada y relacionada con un símbolo fálico: el lingham de la creación. Lo mismo Yah que Yâho eran «nombres de misterio» hebreos derivados de Iao, pero los caldeos tenían un Yâho antes que los judíos la adoptaran, y entre ellos, como lo explicaron algunos gnósticos y neoplatónicos, era la más alta concebible deidad entronizada sobre los siete cielos y representando la Luz espiritual (Âtman, el universal), cuyo rayo era Nous, representando a la vez el inteligente Demiurgo del Universo de Materia y al Manas divino en el hombre, y siendo ambos Espíritu. La verdadera clave de esto, comunicada sólo a los Iniciados, era que el nombre de IAO era «triliteral y su naturaleza secreta», segun la explicaban los Hierofantes. Los fenicios tenían también una deidad suprema cuyo nombre era triliteral, y sus significados secretos, ésta era también Iao; y Y ha ho era una palabra sagrada en los misterios egipcios, que significaba «la una eterna y oculta deidad» en la naturaleza y en el hombre; esto es, la «Ideación divina universal»; y el Manas humano, o el Ego superior.

* Yajant (Sánscrito).- Que adora o sacrifica; que venera.

* Yajña (Sánscrito).- «Sacrificio», cuyo símbolo o representación es ahora la constelación Mriga ziras (Cabeza de ciervo), y también una forma de Vichnu. «El Yajña -dicen los brahmanes- existe desde la eternidad; porque procede de lo Supremo, en el que yace latente desde ningún principio«. Es la clave del Trai-Vidyâ, las tres veces sagrada ciencia contenida en los versos del Rig-Veda, que enseña el Yajña o misterios del sacrificio. Como expresa Haug en su Introducción al Aitareya Brâhmana, el Yajña existe como una invisible presencia en todos los tiempos, extendiéndose desde el Âhavanîya o fuego sacrificial hsata los cielos, y formando un puente o escala por cuyo medio el sacrificador puede comunicarse con el mundo de los devas, «y aun ascender en vida a las mansiones de ellos». Es una de las formas del Âkâza, dentro de la cual la mística Palabra (o su subyacente «Sonido») la llama a la existencia. Pronunciada por el Sacerdote-Iniciado o Yogui, esta Palabra recibe poderes creadores, y es comunicada como un impulso en el plano terrestre mediante una ejercitada fuerza de voluntad. [He aquí otros significados de la voz Yajña: adoración, devoción, piedad, culto; glorificación, alabanza; oración, sacrificio, oblación, ofrenda; el sacrificio personificado; Vichnú, Brahmâ.]

* Yajñabhâjana (Sánscrito).- Vaso sagrado.

* Yajñakrit (Sánscrito).- Sacrificador; sacerdote oficiante.

* Yajñakriyâ (Sánscrito).- Oblación, el acto de ofrenda.

* Yajñapazu (Sánscrito).- Animal ofrecido en sacrificio.

* Yajñapurucha (Sánscrito).- Vichnú.

* Yajñâri (Sánscrito).- Demonio enemigo de los sacrificios. Ziva.

* Yajñasthâna (Sánscrito).- Lugar santo.

* Yajñasûtra (Sánscrito).- El cordón sagrado (que distingue las tres primeras castas, Burnouf); el vínculo entre el hombre y su Dios. (P. Hoult).

* Yajñavarahâ (Sánscrito).- Vichnú encarnado bajo la forma de jabalí (su tercer avatara).

* Yajñavâta (Sánscrito).- Recinto sagrado.

* Yajñavalkya (Sánscrito).- Un célebre sabio a quien se atribuyen el Yajur-Veda Blanco, el Zatapatha Brâhmana, el Brihad Âranyaka y el código de leyes llamado Yâjñavalkyasmriti (Dowson).

* Yajña-vidyâ (Sánscrito).- Método de adquirir la sabiduría por medio de la debida observancia de los ritos del ritual. (P. Hoult).

* Yajñazichta (Sánscrito).- Los restos del sacrificio o festín sagrado.

* Yajñiyazâlâ (Sánscrito).- Templo, recinto sagrado.

* Yajñopavîta (Sánscrito).- El cordón sagrado que distingue las castas.

* Yajñopavîtavat (Sánscrito).- Investido del cordón sagrado.

* Yajñopavîtin (Sánscrito).- Véase: Yajñopavîtavat.

* Yajur o Yajus (Sánscrito).- Santo temor, culto; oración; himno; sacrificio; texto referente al sacrificio.

* Yajur-Veda (Sánscrito).- «Ciencia o tratado del sacrificio». Es el segundo de los tres Vedas primitivos, y está compuesto casi exclusivamente de himnos tomados del Rig-Veda, pero contiene además algunos pasajes en prosa que son nuevos. Su parte principal está formada por invocaciones y preces aplicables a la consagración de las víctimas del sacrificio y de los utensilios propios del mismo, lo cual hace del Yajur-Veda el libro del sacerdote oficiante, ordenado en una forma litúrgica para la celebración de los sacrificios.

* Yajus.- Véase: Yajur.

* Yajvan o Yajwan (Sánscrito).- Sacerdote oficiante, sacrificador.

* Yajvanâm pati (Sánscrito).- La luna, cuyo curso regula los sacrificios.

* Yajyu (Sánscrito).- Brahmán versado en el Yajur-Veda.

Yakin y Boaz (Hebreo).- Un símbolo cabalístico y masónico. Los dos pilares de bronce (Yakin, masculino y blanco; Boaz, femenino y rojo) fundidos por Hiram Abif de Tiro, llamado «el Hijo de la Viuda» para el supuesto Templo (masónico) de Salomón. Yakin era el símbolo de la Sabiduría (Chokmah), la segunda Sephira; y Boaz, el de la Inteligencia (Binah); el templo entre los dos, siendo considerado como Kether, la Corona, Padre-Madre. [Véase: Joachin y Los dos Pilares.]

Yakcha (Yaksha) (Sánscrito).- Una clase de demonios que, segun la creencia popular de la India, devoran hombres. Segun la ciencia esotérica, son simplemente malas influencias (elementales) que, en concepto de los videntes y clarividentes, descienden sobre los hombres, cuando están dispuestos para recibir dichas influencias, como un cometa ardiente o una estrella fugaz. [Una clase de genios o semidioses servidores de Kuvera, dios de las riquezas, y guardianes de sus tesoros. Son generalmente considerados como inofensivos y por eso son llamados Punyajanas (buena gente), pero algunas veces aparecen como genios o diablillos malignos (Dowson). Los Yakchas suelen mencionarse en el Bhagavad-Gîtâ juntamente con los Râkchasas pero éstos últimos son inferiores a aquéllos en categoría. (Véase: Rohitaka-Stupa y Rakchas o Rakchasas).]

* Yakcha-loka (Sánscrito).- Región o mundo de los elementales o demonios, uno de los ocho mundos.

* Yakchinî (Sánscrito).- Yakcha femenino. Esposa de Kuvera.

Yama (Hebreo).- Personificación de la tercera raza; raíz de Ocultismo. En el Panteón indo, Yama es asunto de dos distintas versiones del mito. En los Vedas es el dios de los muertos, un Plutón o Minos con quien moran las sombras de los difuntos (los Kâmarûpas en el Kâmaloka). Un himno habla de Yama como el primero de los hombres que murieron y el primero que pasó al mundo de bienaventuranza (Devachan). Esto, porque Yama es la personificación de la raza que fue la primera dotada de conciencia (Manas) sin la cual ni hay cielo ni Hades. Yama es representado como hijo de Vivaswat (el Sol). Tenía una hermana gemela llamada Yamî, que siempre le instaba, segun otro himno, a tomarla por esposa, a fin de perpetuar la especie. Lo que se ha dicho tiene una muy especial significación simbólica, que se explica en Ocultismo. Como hace observar debidamente el Dr. Muir, el Rig-Veda -la más grande autoridad en los primitivos mitos que dan la nota fundamental original de los temas que hay en el fondo de todas las variaciones subsiguientes- en ninguna parte se presenta a Yama «como teniendo algo que ver con el castigo de los malvados». Como rey y juez de los muertos, un Plutón en una palabra, Yama es una creación muy posterior. Hay que estudiar el verdadero carácter de Yama-Yamî a través de más de un himno y poema épico, y recoger los diversos datos diseminados en docenas de obras antiguas, y entonces podrá uno obtener un consenso de alegóricas declaraciones que se encontrarán para corroborar y justificar la enseñanza esotérica, de que Yama-Yamî es el símbolo del Manas dual, en uno de sus significados místicos. Por ejemplo, Yama-Yamî está siempre representado de un color verde y vestido de rojo, y como viviendo en un palacio de cobre y de hierro. Los estudiantes de Ocultismo saben a cuál de los «principios» humanos deben aplicarse los colores verde y rojo, y por correspondencia el hierro y el cobre. El «doble gobernador» -el epíteto de Yama-Yamî- es considerado en las enseñanzas exotéricas de los buddhistas chinos a un tiempo como juez y criminal, el refrenador de sus propios malos actos y malhechor mismo. En los poemas épicos indos Yama-Yamî es el hijo gemelo del Sol (la deidad) por mediación de Sañjñâ (la conciencia espiritual); pero así como Yama es el ario «señor del día», que aparece como símbolo del Espíritu en Oriente, Yamî es la reina de la noche (tenebrosidad, ignorancia) «que abre a los mortales la senda del Occidente» -emblema del mal y de la materia. En los Purânas Yama tiene muchas esposas (muchas Yamîs) que le obligan a residir en el mundo inferior (Pâtâla, Myalba, etc., etc.); y una alegoría la presenta con el pie levantado, para cocear a Chhâya, la criada de su padre (el cuerpo astral de su madre Sañjñâ, un aspecto metafísico de Buddhi o Alaya). Como está declarado en las Escrituras indas, el alma, al abandonar su envoltura mortal, se dirige a su morada en las regiones inferiores (Kâmaloka o Hades). Una vez allí, el Registrador, el mensajero Kármico llamado Chitragupta (oculto o escondido esplendor), lee toda su información del Gran Registro, en el cual durante la vida del ser humano quedan impresos de un modo indeleble todos los actos y pensamientos -y, segun la sentencia pronunciada, el «alma» sube a la mansión de los Pitris (Devachan), o desciende a un «infierno» (Kâmaloka), o bien renace en la tierra en otra forma humana. El estudiante de filosofía esotérica conocerá fácilmente el sentido de las alegorías. [Yama: dios de la justicia, y místicamente el padre de Yudhichthira, primogénito de los príncipes pândavas. Yama significa además: muerte; represión, coerción, continencia, abstención; regla moral. Es uno de los ocho yogângas (requisitos o partes del Yoga). Véase: Aforismos de Patañjali, II, 29. Literalmente, Yama significa: refrenador.]

* Yâ-mâ (Sánscrito).- «Lo que no es». Es la inversión de mâyâ. (mâyâ: ilusión).

* Yâmas (Sánscrito).- Velas o vigilias. La noche está dividida en tres yâmas, de cuatro horas cada una.

Yamabooshee o Yamabusi (Japón).- Una secta japonesa de muy antiguos y venerados místicos. Son monjes «militantes» y guerreros, si es preciso, como lo son ciertos yoguîs en Rajputanta y los Lamas en el Tibet. Esta fraternidad mística habita principalmente cerca de Kioto y es célebre por sus poderes curativos, dice la Encyclopœdia, que traduce tal nombre en «Hermanos Eremitas». Simulan artes mágicas, y viven en los sitios apartados de los montes y en escabrosos despeñaderos, de donde salen para decir la buenaventura (?), escriben encantamientos y venden amuletos. Llevan una vida misteriosa y no revelan a nadie sus secretos sino después de una fastidiosa y difícil preparación por medio de ayunos y una especie de severos ejercicios gimnásticos (!!).

* Yamaloka (Sánscrito).- Región de Yama; región o esfera de la Muerte, situada cerca del oído derecho. (Uttara-Gîtâ, II, 21), llamada así porque en dicho sitio (la sien o región temporal) hay un punto tan delicado que una leve lesión puede causar la muerte de una persona. (Comentario de Laheri).

* Yamapura (Sánscrito).- Ciudad de Yama; lugar de residencia de este dios.

* Yâmin (Sánscrito).- Regulador.

* Yamunâ (Sánscrito).- Antiguo nombre del río Jumna. Confluente del Ganges, con el cual se une en Allahâbad. En la terminología de la Ciencia del Aliento, se usa esta voz para expresar el Nâdi izquierdo fluente. (Râma Prasâd).

* Yâna (Sánscrito).- Sendero, vía, curso; medio de escapar a la transmigración; vehículo; así Mahâyâna es el «Gran Vehículo», e Hînayâna el «Vehículo menor», designándose con estos dos nombres dos escuelas de estudio religioso y filosófico del Buddhismo del Norte. (Voz del Silencio, III).

* Yanns.- Véase: Janns.

* Yantra (Sánscrito).- Instrumento o máquina (rueda de alfarero, etc.); disco giratorio; especie de vaso.

* Yasas.- Véase: Yazas.

* Yasna.- Véase: Yazna.

* Yasodhara (Sánscrito).- Un poder místico. (Doctr. Secr., III, 392).

* Yata (Sánscrito).- Refrenado, reprimido, cohibido, subyugado, dominado, disciplinado.

* Yatachetas (Sánscrito).- Que tiene reprimida o disciplinada la mente.

* Yatachitta (Sánscrito).- Que tiene refrenado o dominado el pensamiento.

* Yatamâna (Sánscrito).- Que se esfuerza o lucha.

* Yatamânasa(s) (Sánscrito).- Que tiene reprimido el pensamiento o la mente.

* Yatant (Sánscrito).- Que se esfuerza o lucha.

* Yatâtman o Yatâtmâ (Sánscrito).- Que se ha vencido o dominado a sí mismo; dueño de sí mismo.

* Yatâtmavant o yatâtmavat (Sánscrito).- Igual significado que Yatâtman.

* Yâtayâma (Sánscrito).- Que ha pasado las velas o vigilias; trasnochado; pasado, rancio; agrio; insípido; averiado, alterado.

* Yatendriya (yata-indriya) (Sánscrito).- Que tiene dominados los sentidos. (Véase: Indriya).

* Yati (Sánscrito).- Asceta, penitente; sabio, devoto; dominador de sí mismo; continente, refrenado, disciplinado; que renuncia al mundo. Una medida de tres pies.

* Yatin (Sánscrito).- Asceta, penitente.

* Yatna (Sánscrito).- Esfuerzo, celo, perseverancia.

* Yatrâ (Sánscrito).- Sustento, mantenimiento, medios de subsistencia; viaje; vía; curso; peregrinación, marcha; vida; medio; recurso; uso, costumbre.

Yatus o Yâtudhânas (Sánscrito).- Una especie de demonios de formas animales. Esotéricamente, pasiones humanas y animales.

* Yâtya (Sánscrito).- Un condenado.

* Yauvana (Sánscrito).- Juventud, mocedad.

* Yavanas (Sánscrito).- Nombre que en la India se ha dado a los griegos.

* Yavanâchârya (Sánscrito).- «Maestro jonio». Nombre con que aun hoy día se designa a Pitágoras en la India. (Véase: Pitágoras).

* Yazas (Sánscrito).- Fama, gloria, honor; nobleza; belleza, esplendor, dignidad.

Yazathas (Zendo).- Espíritus puros celestiales, a quienes el Vendidâd presenta una vez en otro tiempo compartiendo su alimento con los mortales, que así participan de su existencia.

* Yazazvinî (Sánscrito).- El Nâdi que va al oído izquierdo. (Râma Prasâd).

* Yazna (Yasna) (Pelvi).- La tercera porción de la primera de las dos partes del Avesta o Escritura de los parsis zoroastrianos. El Yazna está compuesto de letanías de la misma especie que el Vispêred (la segunda porción) y de cinco himnos o gâthas. Estos gâthas son los más antiguos fragmentos de la literatura zoroastriana conocida de los parsis, porque están escritos «en un dialecto especial, más antiguo que la lengua general del Avesta«. (Darmesteter). (Véase: Zendo).

Yeheedah (Hebreo).- Literalmente: «Individualidad»; esotéricamente, la más elevada individualidad o Âtmâ-Buddhi-Manas, cuando están unidos en uno. Esta doctrina se halla en el Libro caldeo de los Números, que enseña una división septenaria de los «principios» humanos, así llamada, como lo hace la Kabalah en el Zohar, segun el Libro de Salomón (III, 104a), tal como está traducido en la Qabbalah de I. Myer. En el momento de la concepción, el Santo «envía un d’yook-nak, o el fantasma de una sombra imagen» como la faz de un hombre. Está diseñado y esculpido en el divino tzelem, esto es la sombra imagen de los Elohim. «Elohim creó al hombre a su tzelem, o imagen», dice el Génesis (I, 27). El tzelem es lo que aguarda al infante y lo recibe en el momento de su concepción, y este tzelem es nuestro linga zarîra. «El Rua’h forma con el Nephesh la verdadera personalidad del hombre», y también su individualidad, o, como han expresado los cabalistas, la combinación de los dos es llamada, si él (el hombre) lo merece, Yeheedah. Esta combinación es lo que el teósofo denomina el Manas dual, el Ego superior y el Inferior, unidos al Âtmâ-Buddhi y convertidos en uno. Porque, segun se explica en el Zohar (I, 205 b, 206 a, Brody Ed.): «El Neshamah, alma (Buddhi), comprende tres grados, y de consiguiente tiene tres nombres, lo mismo que el misterio superior: esto es, Nephesh, Rua’h, Neshemah«, o el Manas Inferior, el Ego superior, y Buddhi, el alma divina. «Hay que notar también que el Neshemah tiene tres divisiones -dice la Qabbalah de Myer-; «la más elevada de todas es el Ye-hee-dah», o Âtmâ-Buddhi-Manas, el último una vez más como una unidad; «el principio medio es Hay-yah, o Buddhi y el Manas dual; y el tercero y último, el Neshamah, propiamente hablando» o Alma en general. «Ellos se manifiestan como Ma’hshabah, pensamiento; Tzelem, fantasma de la imagen; Zurath, prototipos (formas mayávicas, o rûpas), y el D’yooknah, sombra de la imagen fantasma. El D’mooth, semejanza o similitud (cuerpo físico), es una manifestación inferior» (pág. 392). Aquí, pues, encontramos el eco fiel de la ciencia esotérica en el Zohar y otras obras cabalísticas, una perfecta división septenaria esotérica. Todo teósofo que haya estudiado la doctrina esbozada primero en el Mundo Oculto y el Buddhismo Esotérico de Mr. Sinnett, y más tarde en el Theosophist, Lucifer y otros escritos, los reconocerá en el Zohar. Compárese, por ejemplo, lo que se enseña en las obras teosóficas acerca de los estados pre y post mortem de los tres principios humanos superiores y de los cuatro inferiores, con las siguientes palabras del Zohar: «Por razón de ser todos estos tres en un solo grupo unido como los anteriores, en el misterio de Nephesh, Rua’h, Neshamah, todos ellos son uno y ligados en uno solo. Nephesh (Kâma-Manas) no tiene luz procedente de su propia substancia; y, por esta causa está asociado con el misterio del guff, el cuerpo, para procurar goce y alimento y todo cuanto él necesito… Rua’h (el Espíritu) es lo que cabalga en el Nephesh (alma inferior) y la gobierna e ilumina (provee) de todo cuanto necesita (esto es, de la luz de la razón), y el Nephesh es el trono (vehículo) de aquel Rua’h. El Neshamah (Alma divina) pasa a aquel Rua’h y lo gobierna y lo ilumina con la Luz de la Vida, y aquel Rua’h depende del Neshamah y recibe la luz de él, que lo ilumina… Cuando el Neshamah «superior» asciende (después de la muerte del cuerpo) va a… al Anciano de los Ancianos, lo Oculto de todo lo Oculto, para recibir la Eternidad. El Rua’h no va [sin embargo] al Gran Eden (Devachan) porque está [mezclado con] el Nephesh… El Rua’h sube al Eden, pero no tan alto como el alma, y el Nephesh (el principio animal, el alma inferior) permanece abajo en la tumba [o Kâmaloka].» (Zohar, II, 142 a, Cremona Ed., II, fol. 63 b, col. 252). Difícil sería no reconocer en el pasaje citado nuestro Âtmâ (o el Neshamah «superior»), Buddhi (Neshamah), Manas (Rua’h), y Kâma-Manas (Nephesh) o alma animal inferior; el primero de los cuales va después de la muerte del hombre a unirse a su todo integral, el segundo y el tercero dirigiéndose al Devachan, y el último, o el Kâmarûpa, «permaneciendo en su tumba», llamada por otro nombre Kâma-loka o Hades.

Yênê, Angânta.- El significado del Angânta Yênê es conocido de toda la India. Es la acción de un elemental (bhûta) que introducido en el cuerpo sensitivo y pasivo de un médium, toma posesión de él; en otras palabras; angânta yênê significa literalmente «obsesión». Los indos temen tal calamidad ahora tanto como la temían millares de años atrás. «Ningun indo, tibetano o cingalés, como no sea de inteligencia y casta inferior, no puede ver sin estremecerse de horror los signos de «mediumnidad» manifestándose en un miembro de su familia, o sin decir, como diría ahora un cristiano: «tiene al diablo». Este «don, favor divino y santa misión» -como se llama en Inglaterra y América-, en los pueblos antiguos, cunas de nuestra raza, en donde una experiencia más larga que la nuestra le ha enseñado una sabiduría más espiritual, es considerado como una horrenda desdicha». [Véase: Médium o Mediumnidad.]

Yesod (Hebreo).- La novena Sephira; significa: Base o Fundamento.

Yetzirah (Hebreo).- El tercero de los cuatro Mundos cabalísticos, correspondiente a los Angeles; el «Mundo de Formación», u Olam Yetzirah. Es denominado también Malahayah, o «de los Angeles». Es la mansión de todos los Genios (o Angeles) regentes que dirigen y gobiernan planetas, mundos y esferas.

Yeu (Chino).- «Ser»; sinónimo de Subbhâva; o «la Substancia que da substancia a sí misma».

Yggdrasil [o Iggdrasel] (Escandinavo).- El «Arbol Mundano de la Cosmogonia escandinava; el fresno Yggdrasil; el árbol del Universo, del tiempo y de la vida». Tiene tres raíces, que llegan hasta el frío Hel y de allí se extiende hasta Jotunheim, el país de los Hrimthurses o «Gigantes de Hielo», y al Midgard, la tierra y mansión de los hijos de los hombres. Sus ramas superiores se extienden hasta dentro del ciclo y su rama más elevada cubre con su sombra el Walhalla, el Devachan de los héroes caídos en el campo de batalla. El Yggdrasil es siempre fresco y verde, puesto que diariamente es regado por las Normas, las tres fatales hermanas, lo Pasado, lo Presente y lo Futuro, con las aguas de la vida de la fuente de Urd que fluye en nuestra tierra. Este árbol se secará y desaparecerá sólo el día en que se libre la postrera batalla entre el bien y el mal; cuando, prevaleciendo el primero, la vida, el tiempo y el espacio salgan de la vida, espacio y tiempo.

Todos los pueblos antiguos tenían su árbol mundano. Los babilonios tenían su «árbol de vida», que era el árbol mundano, cuyas raíces penetraban dentro del gran abismo inferior o Hades, cuyo tronco estaba en la tierra, y cuyas ramas superiores llegaban al Zikum, la más elevada mansión celeste. En lugar del Walhalla, colocaban ellos su follaje superior en la santa casa de Davkina la «gran madre» de Tammuz, el Salvador del mundo, el Dios sol condenado a muerte por los enemigos de la luz. [Véase: Midgard.]

Yi-King (Chino).- Una antigua obra china, escrita por generaciones de sabios.

Yima (Zendo).- Segun el Vendidâd, es el primer hombre, y por su aspecto de progenitor espiritual de la humanidad, es lo mismo que Yama (véase esta palabra). Sus más amplias funciones no están expresadas en los libros zendos, por razón de haberse perdido tantos de estos antiguos fragmentos, hechos desaparecer, o por haberse impedido de cualquier manera que cayeran en manos profanas. Yima no nació, porque representa las tres primeras razas madres humanas, la primera de las cuales es «no nacida», pero él es el «primer hombre que muere«, porque la tercera raza, la que fue animada por los Egos superiores racionales, fue la primera cuyos hombres se dividieron en varón y hembra, y «el hombre vivió y murió y renació». (Véase: Doctr. Secr., II, págs. 609 y siguientes de la 1ra. Edic. inglesa). [Véase: Vendidâd.]

* Yins o Jins (Arábigo).- Orden de seres que, segun se dice, fueron creados dos mil años antes de Adán. Eblis o Iblis, su jefe, fue arrojado del cielo por haberse negado a adorar a Adán porque éste había sido formado de tierra. Entre ellos había buenos y malos espíritus, que tomaban la forma de animales, gigantes, etc. En algunas traducciones se da a dichos seres el nombre de «genios». (Véase: Efrits, Janns y Eblis).

* Yliáster.- Materia primordial, de la cual ha sido formado el universo en el principio del tiempo. (F. Hartmann). Véase: Iliáster.

* Ylu (Asirio).- Dios.

Ymir [o Ymer] (Escandinavo).- La materia personificada de nuestro globo en un estado de ebullición. El monstruo cósmico en forma de gigante que en las alegorías cosmogónicas de los Eddas es matado por los tres creadores, los hijos de Bör, Odín, Wili y We, de quienes se dice que vencieron a Ymir y de su cuerpo crearon el mundo. Esta alegoría muestra las tres principales fuerzas de la naturaleza -separación, formación y desarrollo (o evolución)- que dominan al indómito, furioso «gigante» materia, y le obligan a convertirse en un mundo o globo habitable. Es curioso que un pueblo pagano antiguo, primitivo y falto de cultura, tan filosófico y científicamente correcto en sus ideas acerca del origen y formación de la tierra, haya aceptado, a fin de que se le considere como civilizado, el dogma de que el mundo fue creado de la nada! [Véase: Oergelmer.]

* Yo.- Self, en inglés. -Esta palabra es usada por los teósofos en tres diferentes sentidos, expresando el segundo y el tercero la misma idea que el primero, aunque con mayor limitación: 1) Âtman, el Espíritu único en todo. «Yo soy el YO (Âtmâ) situado en el corazón de todas las criaturas: soy principio, medio y fin de todos los seres». (Bhagavad-Gîtâ, X, 20). 2) el Ego superior, el Pensador, el hombre inmortal [el yo individual]; y 3) el Ego inferior [el yo personal.] El primero de éstos es denominado «el YO»; el segundo, «Yo superior», y el tercero. «yo inferior». «Y ahora tu Yo se halla perdido en el YO; tú mismo en TI MISMO, sumido en AQUEL YO, del cual tú emanaste primitivamente». (Voz del Silencio, I) (P. Hoult). -Hay dos Yos en el hombre; el superior y el inferior; el Yo impersonal y el Yo personal. El uno es divino, el otro semianimal. Entre ambos hay que hacer una gran distinción. (H. P. Blavatsky, Glosario de la Clave de la Teosofía). -El Yo inferior es el Kâma-Manas, el Ego personal; en un sentido más alto, es el Cuaternario o los cuatro «Principios» inferiores. El Yo supremo es Âtmâ en su vehículo Buddhi. (A. Besant y H. Burrows, Pequeño Glosario de términos teosóficos). -Véase: Ego.

* Yo-deva.- El Yo que se reencarna, el Yo individual o superior. (Voz del Silencio, II).

* Yo individual.- El Ego superior, el que se reencarna. (Véase: Yo y Reencarnación).

* Yo inferior.- Véase: Yo.

* Yo personal.- El yo inferior o perecedero.

* Yo silencioso.- El yo superior, el séptimo «Principio». «No imagines que con quebrantar tus huesos y lacerar tus carnes te unas a tu «Yo Silencioso»». (Voz del Silencio, II).

* Yo superior o Supremo.- El supremo Espíritu divino que ejerce su protectora influencia sobre el hombre. La corona de la Tríada espiritual superior en el hombre. El Yo supremo es Âtmâ, el rayo inseparable del YO UNO y universal. Es el Dios que está por encima más bien que por dentro de nosotros. (Feliz el hombre que logra saturar de El su Ego interno. (Clave de la Teosofía, 149). -La idea de que el hombre en su Yo interior es uno con el Yo del universo («Yo soy Aquello»), impregna tanto y tan profundamente todo el pensamiento indo que con frecuencia se designa al hombre: «la ciudad divinda de Brahma», «la ciudad de nueve puertas», Dios que mora en la cavidad de su corazón. En el Mândû kyopanichad el Yo es descrito como condicionado por el cuerpo físico, el cuerpo sutil y el cuerpo mental, y elevándose luego por encima de todos ellos es el Unico «sin dualidad». (A. Besant, Sabid. Antig., 16 y 17).

Yod (Hebreo).- La décima letra del alfabeto [hebreo] y la primera del cuádruplo símbolo del nombre compuesto Jah-hovah (Jehovah) o Jah-Eve, la existencia y fuerza hermafrodita en la naturaleza. Sin las vocales posteriores, la palabra Jehovah se escribe IHVH (representando la letra Yod todas las tres letras inglesas y, i, o j, segunlo requiera el caso, y es masculina-femenina. La letra Yod es símbolo del lingam, u órgano masculino, en su triple forma natural, como demuestra la Kabalah. La segunda letra He tiene por símbolo el yoni, la matriz o «ventana -que se abre», como se lee en la Kabalah; el símbolo de la tercera letra, el Vau, es un báculo o una uña (teniendo en esto su origen el báculo episcopal), otra letra masculina, y la cuarta es lo mismo que la segunda-, significando el todo ser o existir bajo una de estas formas o de ambas. Así, dicha palabra o nombre es preminentemente fálico. Es el del dios batallador de los judíos, «Señor de los Ejércitos»; del «agresivo Yod» o Zodh, Caín (por permutación), que mató a su hermano hembra, Abel, y derramó su sangre. Este nombre, escogido entre muchos por los primtivos escritores cristianos, fue un nombre desgraciado para su religión a causa de sus asociaciones y significado original; es un número suponiendo lo mejor, un órgano en realidad. Esta letra Yod se ha convertido en God y Gott [Dios, en inglés y alemán, respectivamente. -Véase: Y.]

* Yoddhukâma (Sánscrito).- Deseoso de pelear.

* Yodha (Sánscrito).- Guerrero, combatiente.

* Yodhana (Sánscrito).- Combate, pelea, lucha.

* Yodhavîra (Sánscrito).- Guerrero, héroe (en la batalla).

Yoga (Sánscrito).- 1) Uno de los seis Darzanas o escuelas filosóficas de la India; una escuela fundada por Patañjali, aunque la verdadera doctrina Yoga, la única de la cual se dice que ayudó a preparar el mundo para la predicación de Buddha, es atribuída con buenas razones a un sabio más antiguo, Yâjñawalkya, autor del Zatapatha Brâhmana, del Yajur Veda, del Brihad Âranyaka y otras obras famosas. 2) La práctica de la meditación como medio conducente a la liberación espiritual. Por este medio se obtienen poderes psicoespirituales, y los estados de éxtasis provocados conducen a la clara y correcta percepción de las verdades eternas, tanto del universo visible como del invisible. [La palabra yoga significa literalmente «unión», y se usa en el sistema de Patañjali para designar la unión o armonía del yo humano o inferior con el Yo divino o superior mediante la práctica de la meditación. Gracias a esta unión mística, el hombre adquiere un completo dominio sobre el cuerpo y la mente, se libra de todas las trabas del mundo material y desarrolla ciertas maravillosas facultades psíquicas latentes en la especie humana, y que son causa de extraños fenómenos que parecen verdaderamente sobrenaturales o milagrosos a todos aquellos que desconocen su causa productora. Además del Yoga preliminar (Kriyâyoga), que comprende la mortificación (tapas), el estudio (Svâdhyâya) y la sumisión o devoción (Pranidhâna) al Señor, para alcanzar el Yoga hay que poner en práctica los ocho medios siguientes, denominados yogângas, de los cuales los cinco primeros son puramente preparatorios: 1) Yama, que comprende las siguientes reglas morales; abstención de dañar a ningun ser viviente; sinceridad; abstención de apropiarse de bienes ajenos; continencia o castidad; desinterés o renuncia a todo cuanto pueda srevir para recreo de los sentidos, 2) Niyama, que comprende las siguientes reglas: pureza mental y corporal; contento; mortificaciones (ayuno, etc.); estudio de los textos sagrados; propio abandono a la Divinidad. 3) Âsana, o sea la actitud corporal adecuada para la meditación. 4) Prânâyâma, dominio y regulación del aliento (Prâna); este ejercicio consta de tres partes: Pûraka, Rechaka y Kumbhaka (véanse estas tres palabras). 5) Pratyâhâra, abstracción o retraimiento de los sentidos y de la mente, apartándolos de los objetos exteriores y atrayéndolos a la mente. Gracias a estos medios, se purifica y sublima la mente, y entonces el discípulo se halla en disposición de pasar a los tres grados superiores del Râja Yoga, que son los siguientes: 6) Dhâranâ, atención sostenida o prolongada concentración de la mente en un punto único u objeto determinado. 7) Dhyâna o meditación, o sea la contínua y prolongada corriente de pensamiento dirigida a un objeto determinado, hasta llegar a absorberse en él; y 8) Samâdhi, o contemplación extática, en cuyo grado superior, llamado asamprajñâta samâdhi, se llega a perder hasta la conciencia de la propia individualidad, y unificada el alma en inefable beatitud con el Yo superior, se abstrae y queda en un completo aislamiento (Kaivalya), que le permite transferir su esfera de acción a un plano mucho más elevado y sin límites. Estos tres últimos ejercicios se designan colectivamente con el nombre de Samyana. El principal objeto, la suprema aspiración del asceta que se aplica al Yoga, es la perfecta armonía del yo inferior con el Yo superior, la unión del hombre con la Divinidad, que siendo omnisciente, ilumina al yoguî permitiéndole percibir las verdades eternas del mundo visible e invisible. Para más detalles, consúltense las dos excelentes obritas: 1) Introducción al Yoga, por A. Besant, y Yogasûtrâni o Aforismos de Patañjali sobre el Yoga. -En lo referente a la acepción filosófica de la palabra Yoga, véase: Filosofía yoga. -La voz yoga, además de su significado de «unión», tiene otros muchos: conexión, armonía, relación; vía, método, sendero; poder místico o misterioso; encanto, hechizo, magia; misterio; devoción; doctrina, enseñanza, etc., etc. En algunos casos es sinónima de mârga (sendero), y así tenemos las expresiones Karma yoga, Jñâna yoga y Bhakti-yoga, que equivalen a: sendero de acción, sendero de conocimiento y sendero de devoción, respectivamente. Véase: Tres Senderos de Perfección. Véase también: Râja Yoga, Filosofía Yoga y Vaidhrita.]

Yogâchârya (Sánscrito).- 1) Una escuela mística. 2) Un maestro (âchârya) de Yoga, uno que ha dominado las doctrinas y prácticas de la meditación extática, la culminación de las cuales son los Mahâsiddhis [grandes poderes]. Es incorrecto confundir esta escuela con la escuela Tantra o Mahâtantra fundada por Samantabhadra, porque hay dos Escuelas Yokâchâryas, esotérica la una, popular la otra. Las doctrinas de está última fueron compiladas y glosadas por Asamgha, en el siglo VI de nuestra era, y en sus tantras y mantras místicos, sus formularios, letanías, hechizos y mudrâs [véase esta palabra], ensayados sin un Guru, podrían seguramente servir para fines de hechicería y magia negra, más bien que para el Yoga real o verdadero. Aquellos que se empeñan en escribir sobre este asunto son generalmente misioneros instruídos y enemigos de la filosofía oriental en general. De ellos no pueden esperarse opiniones imparciales. Así, cuando leemos en el Diccionario Sánscrito-chino de Eitel que la recitación de los mantras (que él denomina «hechizos»!) debe ir acompañada de música y contorsiones de los dedos (mudrâ), para que pueda llegarse a un estado de fijeza mental (Samâdhi), uno que conozca, aunque sea muy por encima, la verdadera práctica del Yoga, no hará más que encogerse de hombros. Tales contorsiones de los dedos, segun piensa el autor, son necesarias para alcanzar el Samâdhi, «caracterizado por no haber pensamiento ni aniquilación del pensamiento, y que consiste en la felicidad (yogi) seis veces corporal (sic) y mental, de la cual resultaría la dotación de un poder sobrenatural de obrar milagros.» Los teósofos no estarán nunca demasiado prevenidos contra tales explicaciones fantásticas y llenas de prejuicios.

* Yogadhâranâ (Sánscrito).- Perseverancia en el Yoga o devoción; concentración o abstracción mediante el Yoga; fijeza en la concentración del Yoga.

* Yogakchema (Sánscrito).- Adquisición; esfuerzo, afán; seguridad; seguridad o garantía (de propiedad); prosperidad, fortuna, bienestar, felicidad.

* Yoga-mâyâ (Sánscrito).- El creador poder de ilusión; magia; prestiguo, hechizo, encanto.

* Yogângas (Sánscrito).- Partes o requisitos del Yoga. Son ocho: yama (continencia o abstención); niyama (observancia), âsana (actitud corporal), prânâyâma (dominio o regulación del aliento (prâna), pratyâhâra (abstracción o retraimiento), dhâranâ (atención sostenida o concentración), dhyâna (meditación) y samâdhi (contemplación extática). (Aforismos de Patañjali sobre el Yoga, II, 29. Véase: Yoga).

* Yoga-nidrâ (Sánscrito).- «El sueño de la meditación». Ilusión personificada. El gran poder ilusorio de Vichnú y el poder ilusorio manifestado en Devî como Mahâ-mâyâ, la gran ilusión. (Dowson, Dicc. Clásico indo).

* Yogârûdha (Sánscrito).- El que ha ascendido al Yoga; el adepto; el que se esfuerza en alcanzar el Yoga.

* Yogastha (Sánscrito).- Firme o constante en la devoción o en el Yoga.

* Yoga-sûtras, o más propiamente: Yoga-sûtrâni (Sánscrito).- Famosa colección de Aforismos de Patañjali que constituyen un verdadero tratado de filosofía y práctica del Yoga. Consta de cuatro libros, que tratan respectivamente de la Concentración (Samâdhi); de los medios de Concentración (Samâdhiprâpti o Sâdhana); de los Poderes (Vibhûti) y de la Unidad o Liberación (Kaivalya).

* Yogavid (Sánscrito).- Versado o experto en el Yoga. (Véase: Yogavittama).

* Yoga-vidyâ (Sánscrito).- La ciencia del Yoga; el método práctico de unir el Espíritu de uno mismo con el Espíritu universal. (Five Years of Theosophy).

* Yogavittama (Sánscrito).- Superlativo de Yogavid: «el más versado o entendido en el Yoga«.

* Yoga-yajña (Sánscrito).- Que ofrece sacrificios de devoción o de prácticas piadosas.

* Yoga-yukta (Sánscrito).- Que se aplica al Yoga; sumido en la meditación.

* Yogezvara (Yoga-îzvara) (Sánscrito).- Señor del Yoga.

Yogi [o Yogin. Pronúnciese yoguî] (Sánscrito).- No es «un estado de felicidad seis veces corporal y mental como resultado de la meditación extática», segun dice Eitel; sino un estado que, una vez alcanzado, hace al que la practica dueño absoluto de sus seis «principios», estando él entonces sumido en el séptimo. Dicho estado le da pleno dominio, debido a su conocimiento del YO y del Yo, sobre sus estados corporales, intelectuales y mentales, que, incapaces por más tiempo de crear obstáculos o de obrar sobre su Ego superior, le dejan libre para existir en su estado original, puro y divino. 2) Es también el nombre del devoto que practica el Yoga. [Hay yoguis de cuatro grados: 1) Prathamkalpika, o sea que se halla en el estado preliminar; 2) Madhupratika, aquel que ha alcanzado el estado ritambharaprajña, o sea el poder llamado madhupratikâ (véase esta palabra); 3) Bhutendriyajayi, el que ha obtenido dominio sobre los elementos y los sentidos, y en realidad sobre todas las cosas; y 4) Atikrântabhâvantya, el que ha alcanzado el Kaivalya. (Comentario de M. Dvivedi a los Aforismos de Patañjali, pág. 77). La voz Yogî tiene además el significado de: devoto, asceta, místico; partidario del sistema de filosofía yoga.]

* Yoginî (Sánscrito).- Hechicera. Las yoginîs son ocho demonios hembras que acompañan a Durgâ. (Dowson).

Yong-Grüb (Tibet).- Un estado de reposo absoluto, lo mismo que Paranirvâna.

Yoni (Sánscrito).- La matriz, el órgano femenino. [Fuente, origen; falda, regazo; lugar, asiento. Al fin de compuesto, significa: salido o nacido de. Sola o en combinación con el Linga, es objeto de veneración por los sectarios de los Zaktis. (Dowson).]

* Yuddha (Sánscrito).- Batalla, combate, lucha, guerra, conflicto.

* Yudh (Sánscrito).- Igual significado que yuddha.

* Yudhâmanyu (Sánscrito).- “Ardiente en la pelea”. Jefe de gran carro y aliado de los pândavas. (Bhagavad-Gîtâ, I, 6).

* Yudhâna (Sánscrito).- Guerrero, combatiente.

Yudhichthira (Yudishthira) (Sánscrito).- Uno de los héroes del Mahâbhârata. El hermano mayor de los Pândavas, o los cinco príncipes de este nombre que pelearon contra sus próximos parientes los Kuravas, hijos de su tío materno. Arjuna, discípulo de Krichna, era su hermano más joven. El Bhagavad-Gîtâ da místicos detalles de esta guerra. Kuntî era la madre de los pândavas (Kunti era madre de los tres primeros príncipes pândavas, esto es: Yudhichthira, Bhîma y Arjuna; los dos últimos, Nakula y Sahadeva, eran también hijos de Pându, pero por parte de su otra esposa, Mâdrî. Véase el artículo Mahâbhârata), y Draupadî la esposa en común de los cinco hermanos (una alegoría). Pero Yudhichthira es también, lo mismo que Krichna, Arjuna y tantos otros héroes, un personaje histórico, que vivió unos 5.000 años atrás en el período en que empezaba el Kali Yuga. [Yudhi-sthira o Yudhichthira, como se expresa por eufonía, significa literalmente “firme en el combate”. Era hijo de Kuntî, y aunque Pându era su padre putativo, fue engendrado místicamente por Dharma, dios de la justicia.]

Yuga (Sánscrito).- Una milésima parte de un Kalpa. Una de las cuatro edades del Mundo, y cuya serie marcha en sucesión durante el ciclo manvantárico. Cada Yuga va precedido por un período llamado en los Purânas Sandhyâ, crepúsculo o período de transición, y va seguido por otro período de igual duración, llamado Sandhyânza, “porción del crepúsculo”. Cada uno es igual a una décima parte del Yuga. El grupo de cuatro Yugas es primero computado por los años divinos o “años de los dioses”, siendo cada uno de tales años igual a 360 años de los hombres mortales. Así tenemos, en años “divinos”:

1)Krita o Satya Yuga4000

Sandhyâ 400

Sandhyânza 400

4800

2)Tretâ Yuga3000

Sandhyâ 300

Sandhyânza 300

3600

3)Dwâpara Yuga2000

Sandhyâ 200

Sandhyânza 200

2400

4)Kali Yuga1000

Sandhyâ 100

Sandhyânza 100

1200

Total ………………12000

Esto, expresado en años de los mortales, equivale a:

4800 x 360 = 1’728.000

3600 x 360 = 1’296.000

2400 x 360 = 864.000

1200 x 360 = 432.000

Total ……  4’320.000

Lo que precede es llamado un Mahâyuga o Manvantara. Dos mil de tales Mahâyugas, o sea un período de 8.640’000.000 años hacen un Kalpa: siendo éste último sólo un “día y una noche”, o veinticuatro horas de Brahmâ. Así, una “edad de Brahmâ, o un centenar de sus años divinos, debe ser igual a 311.040.000’000.000 de nuestros años mortales. Los antiguos mazdeístas o magos (los parsis modernos) tenían el mismo cálculo, por más que los orientalistas no parezcan darse cuenta de ello, pues hasta los mismos mobeds parsis lo han olvidado. Pero su “Tiempo soberano del Largo período” (Zervan Dareghô Hvadâta) dura 12.000 años, y éstos son los 12.000 años divinos de un Mahâyuga, como se ha dicho antes, mientras que el Zervan Akarana (Tiempo sin límites), mencionado por Zarathustra, es el Kâla, fuera del espacio y del tiempo, de Parabrahm. [Los yugas anteriores al presente son el Krita-Yuga, o edad de oro; el Tretâ-yuga, o edad de plata, y el Dwâpara-yuga, o edad de bronce. El Kali-yuga, edad negra o de hierro, es el actual, que empezó unos 5.000 años atrás, luego que Krichna se hubo despojado de su cuerpo mortal.]

* Yukta (Sánscrito).- Unido; atento; ocupado, aplicado, entregado; adicto; devoto, piadoso, místico; identificado, armonizado; espiritual; dotado; destinado; establecido; activo; diligente; hábil, diestro; ejercitado, versado; acompañado; dispuesto; apto; conveniente; justo, idóneo; relativo o referente a; dependiente de; abstraído, concentrado en el Yo; recogido (en sí mismo); absorto en pensamiento; unido místicamente o espiritualmente con la Divinidad mediante la contemplación o meditación; mesurado, sobrio, moderado, regulado. Como substantivo: justo, devoto, santo, asceta; el hombre que ha roto todas sus relaciones con el mundo.

* Yuktachechta (Sánscrito).- Que obra o se conduce debidamente o con moderación; de moderada actividad.

* Yuktachetas (Sánscrito).- Que tiene concentrado el pensamiento o la mente.

* Yuktâhâra (Sánscrito).- Sobrio o moderado en la comida.

* Yuktatama (Sánscrito).- Superlativo de yukta. El más versado o ejercitado (en el yoga); el que mejor practica (el yoga).

* Yuktâtman (Sánscrito).- Que tiene concentrada la mente; que tiene la mente o el alma concentrada o recogida; que tiene el yo unido o armonizado con; que tiene el alma unida a Dios mediante el yoga (devoción o contemplación); aplicado de todo corazón o con toda el alma.

* Yuñjant (Sánscrito).- Que practica; que se aplica; que concentra el ánimo o la mente; que se une místicamente; perseverante.

Yurbo Adonai.- Epíteto despreciativo dado por los partidarios del Código nazareno, los gnósticos de San Juan, al Jehovah de los judíos.

Yürmungander (Escandinavo).- Un nombre de la serpiente Midgard en el Edda, cuyo hermano es el lobo Fenris, y cuya hermana es el horrible monstruo Hel, los tres hijos del malvado Loki y Angurboda (carrera de angustia), una terrible gigante. La serpiente mundana de los antiguos escandinavos, el monstruo creado por Loki pero formado por las contínuas emanaciones pútridas del cuerpo del matado gigante Ymir (la materia de nuestro globo), y que produce a su vez una contínua emanación, que sirve como un velo entre el cielo y la tierra, esto es, la Luz astral.

* Yusuf (Arábigo).- José, entre los musulmanes.

* Yuvan (Sánscrito).- Joven.

* Yuyudhâna (Sánscrito).- Literalmente: “combatiente”. Nombre de un jefe aliado de los pândavas, llamado también Sâtyaki por ser hijo de Satyaka. (Bhagavad-Gîtâ, I, 4).

* Yuyutsu (Sánscrito).- Deseoso de pelar. Epíteto de un hijo de Dhritarachtra que en la víspera de la batalla de Kurukchetra dejó el partido de los Kuravas para unirse al de los pândavas.