En tiempos futuros, cuando el historiador imparcial escriba un relato del progreso de las ideas religiosas en el siglo presente, la formación de esta Sociedad Teosófica, a cuya primera reunión bajo su declaración formal de principios estamos asistiendo, no pasará desapercibida. Esto es cierto. La escasamente anunciada inauguración de este movimiento ha atraído la atención, y causado no poca discusión, del mundo secular así como de la prensa religiosa. Ha resonado en los oídos de algunos de los líderes de las fuerzas de la Teología y de la ciencia, como el lejano estruendo de una trompeta que llama a los ejércitos a la batalla. La nota es débil hasta ahora y no es indicativa de la fuerza y el propósito del organismo que nace. Para cualquiera de las partes puede significar un impulso que cambie el curso de la victoria, puede proclamar sólo la reunión de seres neutrales que contemplen …