En el año 1975, después de fallecida la persona que produjo la época de dictadura en nuestro país, se solicitó formalmente la Carta Constitutiva de la Rama que se hizo coincidir con la de la fundación de la Sociedad Teosófica, 17 de Noviembre, pero cien años más tarde de que en 1875 la Sra. Blavatsky, el Coronel Olcott y otros crearan la Sociedad Teosófica en Nueva York.
Durante la desgraciada, pero necesaria, época de la Dictadura en nuestro país, quienes teníamos la inclinación hacia lo espiritual dentro de nosotros, y más concretamente, hacia la Teosofía, habida cuenta de las restricciones existentes, solíamos reunirnos en casas particulares o en lugares públicos, cafés o cafeterías, como si fuéramos una peña de amigos.
En una de estas casas, cuyo propietario mostraba un gran valor y confianza en lo que hacía, se reunía una Rama en Madrid. Esta Rama se llama todavía, por fortuna, Rama Hesperia.
Siete miembros de dicha Rama, con aquiescencia del entonces Presidente, decidimos fundar otra Rama que trabajara de forma diferente, quizá más acorde con los tiempos que vivíamos y, sobre todo, con los que estaban por llegar, y así, se creó la Rama Rakoczy.
Estos hechos tenían lugar durante l963 ó l964, y comenzamos a reunirnos en una casa particular que ya ha dejado, de facto, de serlo para convertirse en sede de la Rama y donde se siguen celebrando las reuniones. En el año 1975, después de fallecida la persona que produjo la época de dictadura en nuestro país, se solicitó formalmente la Carta Constitutiva de la Rama que se hizo coincidir con la de la fundación de la Sociedad Teosófica, l7 de Noviembre, pero cien años más tarde de que en l875 la Sra. Blavatsky, el Coronel Olcott y otros crearan la Sociedad Teosófica en Nueva York. En alguna parte de esta página web, se inserta la Carta Constitutiva mencionada.
Desde su inicio, nuestra Rama ha tratado de que se propiciara la cooperación, el intercambio de ideas y opiniones y ha huido del divismo al que tan aficionados somos los seres humanos, considerándonos todos por igual sin importar el cargo que se pudiera ostentar, y por lo tanto, nuestros trabajos son siempre grupales y acordados por consenso. Siempre se ha tenido en cuenta la existencia de los devas o ángeles y, de alguna forma, tratamos de trabajar en unión con esa bella evolución paralela a la humana. Hacemos lo posible, para que las personalidades, cosa enormemente difícil, se diluyan en bien de todos.
Aunque nunca influyó en la creación de la Rama ni la amparó de ninguna forma, en el trasfondo de nuestras actuaciones, se ha hallado de forma más o menos ostensible, una persona que, sin proponérselo, marcó la andadura de la Rama. En este momento, se rinde un sentido y muy fraternal homenaje a dicho ser que tanto hizo para que la Teosofía pudiera actuar libremente en España.
El nombre de la Rama viene dado por el del Gran Ser que es el Príncipe Rakoczy, quien está a la cabeza del séptimo Rayo, en la actualidad vigente ya.
Como no se ha tratado más que de hacer un ligero esbozo de la historia de nuestra Rama, sirvan estas líneas finales como colofón.