* Ll.- Esta letra, doble por su figura, pero simple por su sonido en castellano y en catalán, no existe en la lengua sánscrita; con todo, hay en esta lengua varios términos en que se presenta repetida la L, como en kolovallî y otras, sin que por ello, lo mismo que en italiano, se altere el sonido de dicha letra. Así, la palabra referida se pronuncia kolaval-lî.
* Llama.- El Alma de las cosas. Este es uno de los términos tomados de los antiguos filósofos del Fuego para facilitar la comprensión de ciertos símbolos y términos arcaicos. (Véase: Doctrina Secreta, I, 110).
* Llama de tres lenguas.- Esta llama, que nunca se extingue, es la Tríada espiritual imperecedera: Âtmâ, Buddhi y Manas, o mejor dicho, el fruto de este último principio asimilado por los dos primeros, después de cada vida terrestre. Los cuatro pabilos de esta Llama son el Cuaternario, o sean los cuatro principios inferiores, perecederos, incluso el cuerpo físico. (Doctrina Secreta, I, 257).
* Llama fría.- La luz.
* Llamas.- Son una Jerarquía de Espíritus semejantes, si no idénticos, a los ardientes Serafines mencionados por Isaías (VI, 2-6), aquellos que, segun la teogonía hebrea, están en presencia del “Trono del Omnipotente”. En las obras exotéricas, se da el nombre de Llamas indistintamente a los Prajâpatis, Pitris, Manús, Asuras, Richis Kumâras, etc. En la Doctrina esotérica reciben el nombre de Asuras, Asura-devatâ o Pitar-devatâ (dioses), porque, segun se ha dicho, fueron primeramente Dioses –y los más elevados- antes de convertirse en “no-Dioses”, y de Espíritus del Cielo hubiesen descendido a ser Espíritus de la Tierra, exotéricamente, entiéndase bien, en el dogma ortodoxo. (Doctrina Secreta, II, 258).
Llama Santa.- Llama Santa o sagrada es el nombre que los cabalistas asiáticos orientales (semitas) dan al Anima Mundi o “Alma del Mundo”. Los Iniciados eran conocidos con la denominación de “Hijos de la Llama Santa”.
* Llamas divinas.- Constituyen la primera de las Jerarquías creadoras. –(Véase esta palabra).
Llave.- Símbolo de importancia universal, emblema del silencio, entre las naciones antiguas. Representada en el umbral del Adytum, la llave tenía una doble significación: recordaba a los candidatos las obligaciones del silencio y prometía al profano la revelación de más de un misterio hasta entonces impenetrable. En el Edipo en Colona de Sófocles, el Coro habla de “la llave de oro que había puesta sobre la lengua del Hierofante que estaba oficiando en los Misterios de Eleusis”. (1051). “La sacerdotisa de Ceres, segun Calímaco, llevaba una llave como insignia de su oficio, y en los Misterios de Isis la llave simbolizaba el abrimiento del corazón y de la conciencia ante los cuarenta y dos asesores de los muertos”. (R. M. Cyclopœdia).
* Lluvia.- Las rogativas para la lluvia que se celebran en los países católicos tienen su precedente en el paganismo. En tiempos de pertinaces sequías, las mujeres paganas, después de haber ayunado, llevaban en procesión las estatuas de los dioses. Iban con los pies desnudos y sueltos los cabellos, y al punto empezaba a llover a cántaros, como dice Petronio: Et statim urceatim pluebat. (Dictionn. Philosophique, sub voce Idolatrie).